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Proyecto Compartiendo diversidad creamos barrio

Un nuevo futuro para un barrio marginal de Valencia

 Una responsable de proyecto, una trabajadora social y dos voluntarios están logrando llevar algo de esperanza a un barrio marginal de un pueblo de Valencia. Es el proyecto “Compartiendo diversidad creamos barrio”, dentro del Programa de Ciudadanía Activa de los EEA Grants.

4.03.2015

El barrio del Raval de Algemesí (Valencia) es una zona marginal donde viven unas 2.000 personas, la mayoría inmigrantes marroquíes y población gitana, sin asistencia social ni médica, sólo un colegio de primaria. Las vías del tren y un polígono industrial que deben atravesar andando les separan del pueblo. La droga y la marginalidad definen su futuro.

Ahí la asociación Nuevo Futuro Valencia junto con la asociación Nuevo Amanecer Gitano han puesto en marcha un proyecto de intervención comunitaria de fomento de la ciudadanía activa. “La idea es crear un barrio dinámico capaz de ser protagonista de su propio desarrollo, para eso hemos creado un Centro de Participación Ciudadana donde los vecinos puedan reunirse y trabajar juntos rompiendo las barreras que separan a las diferentes comunidades que viven aquí”, explica Gloria Hernández, la responsable de la ONG en Valencia.

Pero el resultado va mucho más allá. Ella junto con una trabajadora social y dos voluntarios (monitores) imparten clases de alfabetización para adultos, de refuerzo escolar para niños, de informática, talleres laborales para enseñar a los jóvenes una profesión, de música y guitarra, escuelas en periodo vacacional… Además han montado una pequeña biblioteca y están preparando una guía de servicios para que las personas del barrio sepan dónde pueden acudir para sus necesidades y disponen de un ordenador con conexión a Internet para que los vecinos puedan hacer gestiones. Algunos fines de semana organizan salidas culturales y de intervención para que los vecinos vean que se está haciendo en otras zonas.

La mayoría de las actividades y acciones están dirigidas a menores y mujeres por ser mayor su grado de vulnerabilidad.“El problema de este barrio es que no se ha invertido en él y no hay continuidad en la atención, por eso se necesita una intervención ciudadana directa para un cambio”, recalca Emi Tormo, la trabajadora social del centro. “La experiencia es muy positiva porque hemos tenido una gran acogida”, explica Gloria. Lo corroboran un grupo de mujeres marroquíes que asisten a clases de español “para poder ayudar a sus hijos con los deberes”. Su mayor preocupación es saber qué ocurrirá en mayo cuando el proyecto financiado por los EEA Grants termine porque ellas lo tienen claro, quieren seguir aprendiendo.

Este proyecto está cofinanciado por el Mecanismo Financiero del Espacio Económico Europeo (EEA Grants) dentro del Programa de Ciudadanía Activa, operado por la Plataforma de ONG de Acción Social, que está dotado con 4,6 millones de euros y pretende fortalecer a las ONG y su contribución a la justicia social y el desarrollo sostenible.