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Medio Ambiente

Una nueva vida para los suelos radiactivos

 ¿Se ha parado a pensar en qué ocurre con el suelo ocupado por una central nuclear? ¿Se puede recuperar y volver a usar esa tierra? Hasta ahora, no, pero dos empresas españolas, Ensa y Sereco Gestión, con ayuda de los EEA Grants, están investigando una innovadora técnica para descontaminar esos suelos y restaurar el área en la mayor medida posible.

26.08.2014

En la actualidad hay 147 centrales nucleares en proceso de desmantelamiento en todo el mundo y para el año 2030 se espera que la cifra llegue a 200. Sin olvidar los cementerios nucleares. Pero, ¿qué ocurre con los terrenos ocupados por estas centrales? La contaminación con isótopos radiactivos supone un grave riesgo para el medio ambiente y por lo tanto para el ser humano.

Para dar solución a este problema, dos empresas de Cantabria, Ensa y Sereco Gestión, junto con un grupo de investigación de la Universidad de Cantabria (Grupo Radón) están trabajando en el desarrollo de una técnica eficiente que permita eliminar y/o concentrar los elementos radioactivos presentes en tierras y materiales demolidos tras el desmantelamiento de centrales u otras instalaciones nucleares, con el fin de restaurar el área contaminada en el mayor grado posible así como reducir al mínimo la cantidad de tierras y materiales a transportar y almacenar. Es uno de los 89 proyectos financiados en la primera convocatoria del Programa de Medio Ambiente y Cambio Climático operado por el CDTI, programa que gestiona 18 millones de euros de los EEA Grants en España.

Como explican los promotores del proyecto, ahora cuando hay un terreno contaminado “se cierra con vallas y un cartel de 'no pasar' y ya está”. Por eso, las aplicaciones de este proyecto, actualmente en fase de laboratorio antes de pasar a la fase industrial, podrían ser enormes, incluso en suelos contaminados por otros elementos, como hidrocarburos.

Experiencia no les falta. Ensa lleva 40 años suministrando componentes para las plantas nucleares de todo el mundo y Sereco ha demostrado su experiencia y know how en la descontaminación de suelos y aguas subterráneas en catástrofes como la de la fuga del Prestige. Juntos, si el proyecto por el que han apostado los fondos de Noruega, Islandia y Liechtenstein tiene éxito, podrían revolucionar el tratamiento de la contaminación radiactiva de los suelos en el mundo.