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Proyecto Educación en Igualdad

Un pequeño paso para cambiar el mundo

 Para empezar a cambiar el mundo sólo se necesita dar un paso. Por pequeño que sea. El IES Francisco García Pavón de Tomelloso (Ciudad Real) lo ha dado: ha implantado un Plan de Igualdad conscientes de que la escuela es el lugar idóneo para fomentar valores esenciales. Esta iniciativa está dentro del proyecto Plurales. Educación en Igualdad, promovido por el Instituto de la Mujer dentro del Programa de Igualdad de Género financiado por los EEA Grants.

12.05.2014

¿Se ha parado a pensar si el lenguaje que utiliza a diario es sexista? O, ¿considera que hay profesiones para hombres y para mujeres? ¿Cree que las adolescentes españolas son conscientes de que el maltrato empieza antes de la primera bofetada? La respuesta a estas preguntas quizás le sorprendería. Por eso, el IES Francisco García Pavón decidió participar en este proyecto. Porque aún queda mucho para alcanzar la plena igualdad entre hombres y mujeres y el camino comienza en el colegio.

El proyecto Plurales, uno de los predefinidos dentro del Programa Igualdad de Género de los EEA Grants, operado por la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) con una dotación de 10 millones de euros, pretende proporcionar a los centros escolares las herramientas necesarias para desarrollar e implementar Planes de Igualdad que garanticen la igualdad de oportunidades de alumnos y alumnas y la no discriminación.

El IES Francisco García Pavón es uno de los nueve centros en toda España que participan en el proyecto. Como explica su Jefa de Estudios, Victoria Viciana, “la primera fase fue la realización de un diagnóstico, para ver de qué situación partíamos, implicando a alumnos, padres y profesores”. Una vez realizado el diagnóstico, se diseñó el plan de actuación del centro, con el asesoramiento y la formación del Instituto de la Mujer, y en enero comenzó a implantarse. Actualmente los centros se encuentran en fase de evaluación para elaborar un informe de conclusiones sobre los resultados del proyecto. Tras realizar el Diagnóstico se dieron cuenta, por ejemplo, que debían cambiar la cartelería a un lenguaje inclusivo. En este centro educativo ya no hay Director o Jefe de Estudios sino Dirección y Jefatura de Estudios.

Pero es con los alumnos donde cobra especial sentido el Plan. “Yo quiero seguir estudiando y ser abogada, no quiero casarme a los 16 años”. Estas palabras pronunciadas por una chica gitana tienen un gran valor. Ella es una de las pioneras en asistir al instituto en esta localidad de la Mancha, donde ‘lo normal’ es que las jóvenes gitanas no estudien sino que se queden en casa y se casen muy jóvenes. Es una de las asistentes a los talleres que lleva a cabo Ana, una entusiasta Asistente Social, en los que mediante el diálogo sincero trata de derribar estereotipos y abrirles los ojos a nuevas posibilidades.

Estos talleres sirven también para ayudar a las adolescentes a detectar los primeros signos de maltrato en la pareja, como controlar el móvil, decir qué se pueden poner o qué corte de pelo deben llevar.  “Tratamos de fomentar que se valoren ellas mismas y que entiendan que el amor es sumar, si resta ya no es amor”, explica Ana.

Entre las iniciativas concretas puestas en marcha en este centro, considerado de Difícil Desempeño, por contar con un importante porcentaje de alumnos con necesidades especiales, hay recitales de poesía de mujeres poetas, dinamización de los recreos para que no sean sexistas, organización de actividades culturales y competiciones deportivas mixtas… Pero el Plan de Igualdad va más allá de escribir una redacción sobre el amor romántico o que las chicas jueguen al fútbol, es algo que impregna toda la vida del centro. Es su pequeño paso para cambiar el mundo.